La historia de Legado Manrique
 

Corrían los años 50 cuando nuestro abuelo José Manrique adquiría las primeras olivas (como le llamamos en nuestra tierra). Poco a poco fue invirtiendo en otras fincas, algunas de las cuales a día de hoy son propiedad de nuestro padre, que las ha visto crecer y madurar junto al abuelo.

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En casa siempre hemos comido aceitunas aliñadas por nosotros y por supuesto, en nuestra cocina siempre ha estado presente este aceite. Pero hemos querido ir un poquito más allá y hacerlo especial, nuestro, con nuestro sello, nuestro TIRAMANTONES. La idea, como todas las ideas de la familia Manrique Navarro, siempre surgen de nuestro padre, Joselito, trasladando su entusiasmo y las ganas de emprender a nosotros, sus tres hijos. 

Las aceitunas de esta primera cosecha temprana han sido cuidadosamente seleccionadas y de ellas ha salido un extraordinario y especial oro liquido del que nos sentimos muy orgullosos. De nuestra finca Arquillos el Viejo, de olivos centenarios, a la que como siempre, nuestro padre en su afán por emprender, dotó de una siembra de pistachos que se entremezclan con las olivas y le confieren un aspecto maravilloso y quién sabe si también algún puntito de sabor a nuestro aceite. 

GRACIAS ABUELITO JOSÉ POR TU LEGADO.